Autor: Alvaro Muñoz

¿Cómo hacer tu propio hormiguero en casa de forma sencilla?

El curioso y desconocido mundo de las hormigas

Si alguna vez te has planteado cómo hacer tu propio hormiguero en casa de forma sencilla, en este artículo te daremos algunas pautas importantes para conseguirlo. Las hormigas siempre han sido unos insectos que han llamado la atención por sus hábitos y por su forma de vida. Son seres muy meticulosos e inteligentes, así, por ejemplo, las obreras, se dedican en cuerpo y alma a mantener su colonia y por encima de todo, a su reina.

Además, verlas crear sus galerías y cómo realizan sus tareas, han sido siempre alguna de las cosas que a los curiosos e interesados por la entomología les has fascinado más. 

¿En qué recipiente puedes hacer tu propio hormiguero en casa de forma sencilla?

Es esencial escoger una buena base para tu hormiguero

Para empezar con tu invento, lo primero de todo y lo más importante es que busques un recipiente adecuado, en el que puedas asegurar a la colonia una higiene adecuada y las condiciones de humedad necesarias para sobrevivir. 

Existen kits de iniciación sencillos, pero en realidad, tienes bastantes opciones y lo ideal es que dediques un tiempo y leas bastante antes de adquirir y decantarte por uno u otro hormiguero. Si decides usar un recipiente casero, lo mejor es que escojas el vidrio y que lo limpies muy bien antes de empezar a usarlo. Además, si es reciclado, recuerda eliminar todas las etiquetas o inscripciones que tenga.

Áreas en el hormiguero 

Una segunda zona muy importante en tu colonia

Aparte del hormiguero en sí, vas a tener que habilitar una zona de forrajeo, o lo que es lo mismo, un segundo espacio que tendrás que conectar con el hormiguero casero. En este lugar es donde las hormigas se dedicarán a buscar su alimento, además de eliminar los desechos y ejercitarse, algo que resulta esencial para su bienestar y vitalidad.

¿Qué tipos de hormigueros hay? 

Existe una variedad bastante amplía de hormigueros, ya sean caseros o prefabricados. Los materiales de los que suelen estar elaborados son :  

  • Gel 
  • Yeso 
  • Corcho 
  • Acrílico 
  • Plástico 

Hay unos hormigueros en los que puedes echar la tierra y humedecerla, de forma que verías el proceso desde el principio. Las hormigas harán todo el trabajo ellas solitas, ¡resulta muy interesante y curioso!

¿Cómo hacer un hormiguero casero? 

Escoger el mejor sustrato 

Puedes usar tierra de tu propio jardín, siempre que compruebes minuciosamente que está libre de restos orgánicos (restos de comida o de algún animal o algún otro insecto vivo) o inorgánicos (colillas, cristales, plásticos, etc.)  que puedan hacer que estropee y acabe con todo. El punto importante: debe estar humedecida (cuidado con el exceso de agua, las hormigas podrían ahogarse) y contener algunas piedras pequeñas. 

También tienes otra opción: adquirir tierra en un vivero que no contenga abono y que no sea compost. 

A continuación, mezcla dos partes de tierra con una de arena y vierte todo en el recipiente que hayas escogido como hormiguero. En este punto, debes vigilar: 

  1. la mezcla de tierra no se quede pegada/adherida en las paredes (si esto ocurre, es porque está demasiado húmeda y deberás sacarla hasta que se seque). 
  2. Para que las hormigas puedan moverse con facilidad, no debería estar muy compacta. 

Controla siempre los niveles de oxígeno 

Debes pararte un momento a pensar antes de poner a tu colonia de hormigas en su nuevo hogar. Para garantizarles una buena oxigenación, pero evitar a la vez que se escapen, te toca sacar tu lado más ingenioso. ¡Nunca se te ocurra cerrar por completo el recipiente o todas morirán!  

Te aconsejamos seguir algunas pautas para hacer tu propio hormiguero: 

  1. Deja unos 3 centímetros libres de tierra antes del borde del recipiente, así complicarás que tus hormigas planeen una fuga. 
  2. Unta el borde con aceite mineral, pero ten cuidado para que no caiga en la tierra. 
  3. Si el hormiguero que usas no tiene orificios en la tapadera, puedes hacerlos, pero para asegurar que las hormigas no escapen, te aconsejamos poner un papel entre esa tapa y los agujeros, el cual hayas punteado con un alfiler.

Si haces lo anterior, les estarás garantizando el aporte correcto de oxígeno para que se desarrollen y vivan felices. 

¿Dónde conseguir las hormigas?

Lo mejor es adquirir un kit de hormigas

Para empezar, lo primero que necesitas es una hormiga reina. Si pretendieras conseguir una, de tu jardín o del parque, lo tendrías realmente complicado, por lo tanto, esta idea no te la recomendamos. Esto es porque, las reinas casi nunca abandonan el interior del hormiguero, ellas están siempre en el sitio más profundo y oscuro con las crías y dirigiendo el funcionamiento de su colonia. Solo podrías verlas fuera en el vuelo nupcial, en el período de apareamiento y capturar una significaría el fin de su hormiguero, pues sin su reina todas las demás hormigas acabarían muriendo. ¡No lo hagas!

Hoy en día, existen en el mercado kit con hormigas, que incluyen todo lo necesario para empezar con esta aventura, que estamos seguros, te enganchará desde el momento en que veas cómo comienzan a trabajar y organizarse de forma meticulosa. ¡Qué sabia es nuestra naturaleza!

¿De qué forma debo meter a las hormigas en el hormiguero? 

Es algo muy sencillo, ya verás, pues en los kits las hormiguitas vienen en tubos de ensayo que incluyen agua, un algodón de separación, semillas y una pequeña colonia con la reina, las obreras y una o dos hormigas soldado. Tan sólo tienes que retirarle el tapón y colocarlo sobre la zona de forraje para que ellas decidan cuando quieren mudarse a su nuevo hogar. 

Ya te hemos contado que la reina siempre estará en la zona más oscura y escondida del lugar, así que, para facilitarle un poco la tarea, lo ideal es que bajes la luz de la habitación donde las tengas, para que se sienta lo más cómoda posible. 

Tener hormigas en casa: cómo debo cuidarlas 

Llega el momento de empezar a cuidar de tu nuevo hormiguero. Tan sólo debes prestar atención a algunos puntos importantes para tener a tus inquilinas contentas y sanas. 

Cómo se alimentan las hormigas 

La alimentación de las hormigas dependerá del tamaño del hormiguero, el número de insectos que contenga y el tipo de hormigas. Las hormigas son omnívoras, pero las hay mieleras, otras que se alimentan de insectos, frutas o semillas. Siempre debes poner el alimento idóneo para la especie en la zona de forrajeo. Intenta no ponerles comida en exceso para que no se pudra.  

El agua es esencial, no les puede faltar nunca 

Las hormigas obtienen la mayor parte de su hidratación de los alimentos. Pero podrías necesitar reforzarla para evitar que se deshidraten y mueran. Lo mejor es que no eches directamente el agua en la tierra, pues se podrían ahogar. Nuestro consejo es que empapes un algodón en agua y lo vayas cambiando cada dos o tres días. 

Limpieza de la colonia 

Tienes que mantener la zona superior, la de forrajeo, pero no toques nunca el interior del hormiguero. Ellas sacarán solas los desechos, los restos de comida e incluso los cadáveres. 

¿Cuál es el mejor lugar para colocar el hormiguero casero? 

En la naturaleza, como ya sabes, las colonias de hormigas se construyen bajo tierra, es decir, prefieren un ambiente oscuro. No te recomendamos colocar el hormiguero cerca de una ventana ni una lámpara, mejor en una zona más oscura.  Asimismo, lo mejor es que no las estés moviendo de un lado para otro, pues podrías originarles derrumbes en sus galerías y que muchas mueran. 

Con todas las pautas que te hemos dado, ya estás más que preparado/a y sabes cómo hacer tu propio hormiguero en casa de forma sencilla. ¿Te animas?

Las hormigas invasoras son una amenaza mayor de lo que pensábamos

Se han encontrado más de 500 especies de hormigas en lugares donde no deberían estar, causando estragos en los ecosistemas locales. ¿Cómo podemos hacer para detenerlas?

En 2001, en Brisbane (Australia), un trabajador de telecomunicaciones tuvo que ser atendido en el hospital por culpa de una picadura que le estaba abrasando gravemente la piel. La hormiga roja de fuego, originaria de Sudamérica y famosa por su veneno, su agresividad y su capacidad para causar daños en la agricultura, había llegado y hecho saltar las alarmas. Combatir su invasión era, escribió más tarde la counidad científica, “una guerra que no podemos permitirnos perder”.

Las hormigas “exóticas” fuera de su área de distribución nativa, como la hormiga roja de fuego, son transportadas inadvertidamente por todo el mundo a través de cargamentos y mercancías. Los humanos intentan detenerlas; la prohibición en los controles fronterizos de ciertos aeropuertos de introducir plantas o tierra en un país están ahí, en parte, para impedir este tipo de tránsitos.  

Pero estos invasores están muy extendidos. Las hormigas rojas argentinas han construido una supercolonia que se extiende desde Portugal hasta Italia. En la pequeña isla de Yap (Islas Carolinas), la pequeña hormiga de fuego ha obligado a los agricultores a abandonar sus campos. Y en la isla de Navidad, las hormigas locas (también conocidas como hormigas zanconas) luchan contra los famosos cangrejos de la zona.

Un nuevo estudio demuestra que el problema es aún peor de lo que pensábamos. 

El estudio, publicado recientemente en Current Biology, documenta el doble de casos de hormigas exóticas de los que se conocían hasta ahora: se han encontrado más de 500 especies de hormigas en lugares donde no deberían estar. Pero sólo un tercio de esas especies han sido detectados en las fronteras: el resto ha pasado desapercibido.  

“Sólo hemos empezado a arañar la superficie”, afirma Mark Wong, ecólogo de la Universidad de Australia Occidental y autor principal del nuevo estudio (Wong y el coautor Benoit Guénard son exploradores de National Geographic).

Hormigas turistas

Desde que los humanos se desplazan por el mundo, las hormigas han hecho autostop con nosotros, en gran parte en mercancías como alimentos, plantas y tierra. Estas hormigas “turísticas”, como las bautizó un artículo de 1939, llevan trotando por el mundo al menos desde el siglo XVII.

Las hormigas exóticas pueden dañar los ecosistemas al perturbar las relaciones entre organismos, consumir recursos y matar a otros organismos. Entre 1930 y 2021, las hormigas invasoras causaron pérdidas económicas estimadas en unos 46 000 millones de euros. Y pueden ser una molestia, ya sea invadiendo cocinas o picando a los niños en el patio de recreo.

Además de su pequeño tamaño, el comportamiento de una especie ayuda a determinar su notoriedad. “Algunas pueden pasar desapercibidas”, dice Cleo Bertelsmeier, ecóloga especializada en hormigas de la Universidad de Lausana (Suiza) que no participó en la investigación, mientras que la gente no puede evitar fijarse en otras. “Aquí en Suiza, tenemos una nueva especie [de hormiga] invasora que la gente puede ver porque forma senderos, como una autopista”.

Saber dónde mirar es crucial para detener a las hormigas exóticas, y ahí es donde entra la investigación de Wong. Wong y sus colegas examinaron 146 000 observaciones mundiales de hormigas exóticas en los últimos 200 años. El mapa resultante revela que las hormigas pueden establecer una colonia en casi cualquier lugar del planeta, dependiendo de la especie. Alrededor del 60% de las hormigas exóticas se han “naturalizado”, es decir, viven en el exterior, mientras que el resto se encuentran en interiores o en mercancías transportadas interceptadas en las fronteras.

La diversidad de las hormigas naturalizadas plantea un reto de enormes proporciones para detener su propagación, afirma Wong.

Detener a las hormigas

Para detener a las hormigas exóticas, los ecologistas y las autoridades deben saber de dónde proceden y dónde pueden detenerse en su camino. La mayoría de estas invasoras llegaron de los trópicos y subtrópicos, sobre todo de Centroamérica, el norte de Sudamérica y las islas del sudeste asiático, según el artículo, zonas con una gran densidad y diversidad de hormigas.  

“Lo que hemos demostrado es de dónde son originarias las especies y adónde van a parar”, afirma Wong. “Pero la gran laguna en el camino es cómo han llegado hasta allí”. En el caso de la mayoría de las especies, no lo sabemos.

El cambio climático también debe tenerse en cuenta en la planificación. “El cambio climático probablemente favorecerá en general las invasiones de hormigas porque las más invasoras son especies tropicales o subtropicales, por lo que habrá más zonas adecuadas”, dice Bertelsmeier. “Es especialmente preocupante para los puntos calientes de biodiversidad”, que a menudo son a la vez vulnerables y acogedores para las hormigas.

Será fundamental mejorar la detección de hormigas en las fronteras. Investigaciones como la de Wong, que revelan regiones que suelen ser “donantes” de hormigas, podrían ayudar a los países a saber cómo ajustar los procesos de detección a los tipos de hormigas que suelen proceder de esas zonas. Los países pueden establecer controles estrictos sobre las plantas y el suelo, como han hecho Nueva Zelanda y Australia.

Es necesaria una mayor colaboración y cooperación entre países, afirma Benjamin Hoffman, ecólogo especializado en hormigas invasoras del CSIRO de Australia, que no participó en el estudio.

“Cuanta más gente trabaje junta, mejor”, afirma. Ya existe una buena colaboración en todo el Pacífico; Nueva Zelanda trabajó con los países donantes comunes de hormigas en la gestión de las especies invasoras y redujo la tasa de contaminación [por hormigas] en torno al 99%, afirma Hoffman.

Aun así, Hoffman es realista sobre cómo debe cambiar la detección de hormigas. “Diría que lo estamos haciendo absolutamente fatal a escala mundial”, afirma.

Los humanos sólo han conseguido erradicar hormigas exóticas, una vez establecidas en la naturaleza, en unos 50 casos. Detener a los invasores en una fase temprana es clave, dice Bertelsmeier. “Si se quiere hacer algo para detenerlas, en realidad sólo es factible en las primeras fases. Una vez que se extienden, puedes olvidarte”.

En el caso de la invasión de hormigas rojas de fuego importadas de Australia, los expertos trabajaron rápidamente para contener la propagación de los insectos, y se vieron recompensados con una rara erradicación, en su mayor parte exitosa, aunque la amenaza persiste.

Tales esfuerzos son caros, “pero el coste de perder la batalla de erradicar la especie va a ser mucho mayor”, afirma Hoffman.

Confirmado: las hormigas producen leche

Durante más de un siglo, las colonias de hormigas han sido objeto de interminables investigaciones y fascinación. El grado de colaboración de las hormigas como unidad ha llevado a algunos científicos a considerarlas un superorganismo.

Pero a pesar de toda la atención prestada a las frenéticas actividades de las hormigas, los investigadores rara vez se han centrado en la fase de pupa de las hormigas, durante la cual se transforman de larvas en hormigas adultas.

“No se mueven, no comen, no hacen nada que resulte obvio en medio de todo el ajetreo de la colonia”, dice Daniel Kronauer, de la Universidad Rockefeller de Nueva York (Estados Unidos), que es mirmecólogo, término que designa a los científicos que estudian las hormigas.

En un nuevo artículo publicado esta semana en Nature, Kronauer y sus colegas informan de que las pupas de las hormigas, a menudo ignoradas, prestan un servicio crucial a la colonia: sus cuerpos en desarrollo producen una sustancia similar a la leche que proporciona importantes nutrientes al resto de la colonia. Y no sólo en una especie, sino en al menos una especie de cada una de las cinco principales subfamilias de hormigas. 

Este descubrimiento tan amplio sugiere que las excreciones lechosas pueden ser comunes en muchas más especies de hormigas, dice Kronauer, y que pueden haberse originado en una etapa temprana de la evolución de todas las hormigas. 

“Me sorprendió”, dice Susanne Foitzik, de la Universidad de Maguncia (Alemania), que no participó en el estudio, “porque no había visto esto antes, a pesar de haber observado hormigas durante tres décadas. Tengo mucha curiosidad y empezaré mis propias observaciones lo antes posible”.

Ahogarse en la leche

El intrigante líquido fue descubierto por Orli Snir, una becaria postdoctoral que no había trabajado con hormigas antes de unirse al laboratorio de Kronauer. Con ojos nuevos, se dio cuenta rápidamente de comportamientos que no parecían tener explicación en la literatura científica existente.

“La gente ha estudiado a las hormigas durante 100 años”, recuerda Kronauer, “así que ¿de qué está hablando [Snir]?”.

Pero estuvo de acuerdo cuando Snir propuso un experimento inusual. En lugar de intentar dar sentido a la actividad combinada dentro de la colonia, donde las pupas y las larvas se acicalan constantemente, se mueven de un lado a otro o incluso se amontonan, decidió observar las pupas de forma aislada. Le costó tiempo averiguar cómo mantenerlas vivas, pero finalmente encontró la temperatura y el nivel de humedad adecuados. Entonces ocurrió algo realmente extraño: las pupas producían un líquido, y mucho.

Tanto, de hecho, que muchas se ahogaban en él, dice Snir, al menos si no morían antes por una infección fúngica. ¿Era un fenómeno anormal debido al aislamiento de las pupas de la colonia, o algo totalmente normal que había pasado desapercibido hasta ahora? Para averiguarlo, Snir inyectó colorante alimentario azul en la abertura de la que salía el líquido y volvió a colocar las pupas azuladas en la colonia. 

Pronto observó que las hormigas adultas extraían el líquido de las pupas y se lo tragaban, como revelaba el color azul que se extendía por sus intestinos. Además, a menudo depositaban larvas jóvenes sobre las pupas, que también se alimentaban del líquido; éstas también se volvían azules.

Una especie de pegamento social

El hallazgo ha sorprendido y alegrado a la comunidad mundial de mirmecólogos.

“Se trata de un estudio muy sólido y bien diseñado”, afirma el mirmecólogo Laurent Keller, de la Universidad de Lausana (Suiza), que está de acuerdo en que el fenómeno puede ser bastante común.

Bert Hölldobler, de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos), que estudia las hormigas desde la década de 1960, dice que una vez sospechó que podría haber algo en las pupas que atrae a los adultos.

“Nunca volví a retomar este tema”, dice; “aunque permaneció en mi mente. Estoy absolutamente encantado de que estos investigadores lo hayan hecho”.

Un análisis químico del líquido reveló que, además de otros productos de desecho de la metamorfosis, contiene todos los aminoácidos esenciales, así como múltiples carbohidratos y algunas vitaminas. Las pupas de otras especies de insectos tienden a reabsorber y reciclar estos líquidos nutritivos, dice Kronauer.

El intercambio de nutrientes entre las diferentes etapas de la vida de las hormigas puede ser la causa del estilo de vida intensamente social que estos insectos han desarrollado durante millones de años, sugieren Kronauer y Snir. “Esto hace que las hormigas en diferentes etapas de la vida dependan unas de otras”, dice Kronauer. “Es una especie de pegamento social que las mantiene unidas”.

Adria Le Boeuf, mirmecóloga de la Universidad de Friburgo (Suiza) que estudia el intercambio de sustancias nutritivas entre las larvas y los adultos de las hormigas, está de acuerdo. Añade que pueden haber allanado el camino a los comportamientos más complejos que ella investiga. “Este fluido puede haber contribuido a la evolución del cuidado cooperativo de las crías [de las hormigas], ya que incentivaba a los adultos a cuidarlas. Y una vez que las hormigas empezaron a beberlo, eso puede haber sentado las bases para la transferencia de otras cosas”.

¿Son unos pocos sorbos de líquido de las pupas realmente la raíz de la creciente economía de intercambio de las hormigas? Es probable que las futuras investigaciones profundicen en los descubrimientos de uno de los grupos de insectos más estudiados del planeta y aún muy misteriosos.

Así se convierte una hormiga obrera en reina

“Los cerebros de los animales son plásticos; es decir, pueden cambiar su estructura y función en respuesta a su medio ambiente”, explica Roberto Bonasio, experto en biología celular y del desarrollo en la Facultad de Medicina de la Universidad Perelman de Pensilvania.

Bonasio es autor de un artículo que bajo el título Kr-h1 maintains distinct caste-specific neurotranscriptomes in response to socially regulated hormonesse publica esta semana en la revista Cell, y en el que se informa del descubrimiento de una proteína llamada Kr-h1 (homólogo 1 de Krüppel) responsable de una compleja transición social en la que las hormigas de la especie Harpegnathos saltator pueden pasar de ser simples obreras a un estado de reina conocido como “gamergate”. Una gamergate es una hormiga obrera que se desarrollará como hembra y que puede reproducirse sexualmente, es decir, poner huevos fertilizados.

“Este proceso es crucial para la supervivencia de estas colonias de hormigas, pero hasta el momento los mecanismos moleculares que lo controlaban se desconocían completamente”, continúa Bonasio. “De hecho, este tipo de cambios también tienen lugar en los seres humanos; piense en los cambios de comportamiento que tienen lugar durante la adolescencia. Lo que ahora hemos determinado es que en las hormigas de la especie Harpegnathos saltator una proteína llamada Kr-h1 es la encargada de frenar la plasticidad del cerebro al prevenir la activación genética inapropiada”.

Hormigas, hormonas, jerarquías y castas sociales

Bonasio y sus colegas querían comprender cómo la activación o desactivación de ciertos genes afecta a la función y el comportamiento del cerebro animal, algo para lo que los adultos de Harpegnathos se mostraban como candidatos idóneos de estudio, ya que pueden pasar de ser obreras a hormigas reinas. En una comunidad de hormigas, las obreras mantienen la colonia encontrando comida y luchando contra los invasores, mientras que la tarea principal de la reina es poner huevos. Sin embargo, las instrucciones genéticas que dan lugar a estos roles y comportamientos sociales tan diferentes son las mismas en ambos casos.

Para averiguar las alteraciones moleculares subyacentes a este cambio de rol, el equipo de investigación, dirigido por los coautores del estudio Janko GospocicKarl Glastad, desarrolló un método para aislar las neuronas de las hormigas y mantenerlas vivas en el laboratorio. Esto permitió al equipo explorar cómo respondían las células a los cambios en su entorno, incluidos los niveles hormonales.

Entre los resultados de los experimentos, los autores encontraron que concretamente dos hormonas, la hormona juvenil y la ecdisona, presentes en diferentes niveles en los cuerpos tanto de las obreras como de las gamergates, produjeron patrones distintos de activación genética en los cerebros de las dos castas. Sin embargo, la mayor sorpresa de todas fue que ambas hormonas influyeron en las células activando una sola proteína, Kr-h1.

“Esta proteína regula diferentes genes en las obreras y las gamergates y evita que las hormigas realicen comportamientos ‘socialmente inapropiados'”, comenta Berger. “Es decir, se requiere que Kr-h1 mantenga los límites entre las castas sociales y para garantizar que las obreras continúen trabajando mientras las gamergates continúan actuando como reinas”.

“No habíamos anticipado que la misma proteína podría silenciar diferentes genes en los cerebros de diferentes castas y, como consecuencia, suprimir el comportamiento antagónico en obreras y gamergates, especifica Bonasio por su parte. “Pensamos que estos roles se asignarían en base a dos o más factores diferentes, cada uno de ellos solo presente en uno u otro cerebro, sin embargo, Kr-h1 es el único factor implicado”, añade.

El Dr.Jekyll el Señor Hide y los genes

Los hallazgos revelan roles importantes para las hormonas reguladas socialmente en las hormigas y la implicación de la genética en la capacidad de los cerebros de los animales para cambiar de casta social. “El mensaje clave es que, al menos en las hormigas, múltiples patrones de comportamiento se especifican simultáneamente en el genoma y que la regulación genética puede tener un gran impacto en qué comportamiento lleva a cabo ese organismo”, explica Berger. “En otras palabras, las partes tanto del Doctor Jekyll como del Señor Hyde ya están escritas en el genoma; todos pueden desempeñar cualquiera de los dos roles, dependiendo de qué interruptores genéticos estén activados o desactivados”.

Los investigadores creen que las implicaciones de su estudio pueden ir mucho más allá de la comprensión de la plasticidad del comportamiento en hormigas y otros insectos. “Es tentador especular que las proteínas relacionadas podrían tener funciones comparables en cerebros más complejos, incluido el nuestro”, aventura Bonasio. “El descubrimiento de estas proteínas podría permitirnos algún día restaurar la plasticidad de los cerebros que la han perdido, por ejemplo, cerebros envejecidos”.

El descubrimiento de que un solo factor puede suprimir diferentes conjuntos de genes y comportamientos en diferentes cerebros plantea preguntas importantes sobre cómo se podría regular la función dual de esta proteína y otras similares. En estudios futuros, los investigadores planean indagar en el papel de Kr-h1 en otros organismos, y expresan que también les gustaría explorar cómo el medio ambiente impacta en la regulación genética a nivel epigenético, a través de la presencia o ausencia de ciertas marcas químicas en el ADN, y cómo esto, a su vez, afecta la plasticidad y el comportamiento del cerebro.

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