Si alguna vez te has planteado cómo hacer tu propio hormiguero en casa de forma sencilla, en este artículo te daremos algunas pautas importantes para conseguirlo. Las hormigas siempre han sido unos insectos que han llamado la atención por sus hábitos y por su forma de vida. Son seres muy meticulosos e inteligentes, así, por ejemplo, las obreras, se dedican en cuerpo y alma a mantener su colonia y por encima de todo, a su reina.
Además, verlas crear sus galerías y cómo realizan sus tareas, han sido siempre alguna de las cosas que a los curiosos e interesados por la entomología les has fascinado más.
Para empezar con tu invento, lo primero de todo y lo más importante es que busques un recipiente adecuado, en el que puedas asegurar a la colonia una higiene adecuada y las condiciones de humedad necesarias para sobrevivir.
Existen kits de iniciación sencillos, pero en realidad, tienes bastantes opciones y lo ideal es que dediques un tiempo y leas bastante antes de adquirir y decantarte por uno u otro hormiguero. Si decides usar un recipiente casero, lo mejor es que escojas el vidrio y que lo limpies muy bien antes de empezar a usarlo. Además, si es reciclado, recuerda eliminar todas las etiquetas o inscripciones que tenga.
Aparte del hormiguero en sí, vas a tener que habilitar una zona de forrajeo, o lo que es lo mismo, un segundo espacio que tendrás que conectar con el hormiguero casero. En este lugar es donde las hormigas se dedicarán a buscar su alimento, además de eliminar los desechos y ejercitarse, algo que resulta esencial para su bienestar y vitalidad.
Existe una variedad bastante amplía de hormigueros, ya sean caseros o prefabricados. Los materiales de los que suelen estar elaborados son :
Hay unos hormigueros en los que puedes echar la tierra y humedecerla, de forma que verías el proceso desde el principio. Las hormigas harán todo el trabajo ellas solitas, ¡resulta muy interesante y curioso!
Puedes usar tierra de tu propio jardín, siempre que compruebes minuciosamente que está libre de restos orgánicos (restos de comida o de algún animal o algún otro insecto vivo) o inorgánicos (colillas, cristales, plásticos, etc.) que puedan hacer que estropee y acabe con todo. El punto importante: debe estar humedecida (cuidado con el exceso de agua, las hormigas podrían ahogarse) y contener algunas piedras pequeñas.
También tienes otra opción: adquirir tierra en un vivero que no contenga abono y que no sea compost.
A continuación, mezcla dos partes de tierra con una de arena y vierte todo en el recipiente que hayas escogido como hormiguero. En este punto, debes vigilar:
Debes pararte un momento a pensar antes de poner a tu colonia de hormigas en su nuevo hogar. Para garantizarles una buena oxigenación, pero evitar a la vez que se escapen, te toca sacar tu lado más ingenioso. ¡Nunca se te ocurra cerrar por completo el recipiente o todas morirán!
Te aconsejamos seguir algunas pautas para hacer tu propio hormiguero:
Si haces lo anterior, les estarás garantizando el aporte correcto de oxígeno para que se desarrollen y vivan felices.
Para empezar, lo primero que necesitas es una hormiga reina. Si pretendieras conseguir una, de tu jardín o del parque, lo tendrías realmente complicado, por lo tanto, esta idea no te la recomendamos. Esto es porque, las reinas casi nunca abandonan el interior del hormiguero, ellas están siempre en el sitio más profundo y oscuro con las crías y dirigiendo el funcionamiento de su colonia. Solo podrías verlas fuera en el vuelo nupcial, en el período de apareamiento y capturar una significaría el fin de su hormiguero, pues sin su reina todas las demás hormigas acabarían muriendo. ¡No lo hagas!
Hoy en día, existen en el mercado kit con hormigas, que incluyen todo lo necesario para empezar con esta aventura, que estamos seguros, te enganchará desde el momento en que veas cómo comienzan a trabajar y organizarse de forma meticulosa. ¡Qué sabia es nuestra naturaleza!
Es algo muy sencillo, ya verás, pues en los kits las hormiguitas vienen en tubos de ensayo que incluyen agua, un algodón de separación, semillas y una pequeña colonia con la reina, las obreras y una o dos hormigas soldado. Tan sólo tienes que retirarle el tapón y colocarlo sobre la zona de forraje para que ellas decidan cuando quieren mudarse a su nuevo hogar.
Ya te hemos contado que la reina siempre estará en la zona más oscura y escondida del lugar, así que, para facilitarle un poco la tarea, lo ideal es que bajes la luz de la habitación donde las tengas, para que se sienta lo más cómoda posible.
Llega el momento de empezar a cuidar de tu nuevo hormiguero. Tan sólo debes prestar atención a algunos puntos importantes para tener a tus inquilinas contentas y sanas.
La alimentación de las hormigas dependerá del tamaño del hormiguero, el número de insectos que contenga y el tipo de hormigas. Las hormigas son omnívoras, pero las hay mieleras, otras que se alimentan de insectos, frutas o semillas. Siempre debes poner el alimento idóneo para la especie en la zona de forrajeo. Intenta no ponerles comida en exceso para que no se pudra.
Las hormigas obtienen la mayor parte de su hidratación de los alimentos. Pero podrías necesitar reforzarla para evitar que se deshidraten y mueran. Lo mejor es que no eches directamente el agua en la tierra, pues se podrían ahogar. Nuestro consejo es que empapes un algodón en agua y lo vayas cambiando cada dos o tres días.
Tienes que mantener la zona superior, la de forrajeo, pero no toques nunca el interior del hormiguero. Ellas sacarán solas los desechos, los restos de comida e incluso los cadáveres.
En la naturaleza, como ya sabes, las colonias de hormigas se construyen bajo tierra, es decir, prefieren un ambiente oscuro. No te recomendamos colocar el hormiguero cerca de una ventana ni una lámpara, mejor en una zona más oscura. Asimismo, lo mejor es que no las estés moviendo de un lado para otro, pues podrías originarles derrumbes en sus galerías y que muchas mueran.
Con todas las pautas que te hemos dado, ya estás más que preparado/a y sabes cómo hacer tu propio hormiguero en casa de forma sencilla. ¿Te animas?